Me quedé en Brasil -con el blog se
entiende-, era Mayo de 2008 y hasta la fecha continúa siendo el
viaje de mi vida, desde Buenos Aires hasta Rio de Janeiro, pasando
por todos los lugares que se pudo... Volví cuatro meses después, me
reincorporé a laSexta y mientras tanto el cortometraje se iba
moviendo por festivales e incluso ganamos un premio: el
Fancinegay2008.
Cuatro años más tarde asumo los errores, todo lo que falló y lo que consecuentemente aprendí con Atardecer Rojo.
Todo el proceso acabó resultándome excesivamente duro pero en su
momento fue una satisfacción realmente especial lo de este premio.
Comprobar cómo funcionó la historia entre el colectivo gay fue muy interesante. De hecho, después de tantísimos visionados de la película y sintiéndome ya casi imposibilitado de volver a verla -sudores y dolores de barriga incluidos- me di cuenta de que la propuesta podía ser completamente diferente desde otro punto de vista: el de la acera de enfrente para ser más concretos. Por primera vez después de mucho tiempo pude ver mi corto, e incluso descubrir detalles e intenciones increíbles hasta para mí mismo. Esa es una de las mayores satisfacciones que me ha dado este trabajo.
Siempre me han interesado mucho las historias abiertas a diferentes interpretaciones y al final del corto tenía claro que quería dejar bastante libertad en este sentido.
Recuerdo en los canapés tras la proyección y la entrega de premios que se acercó a felicitarme un agradable-señor-bear-pseudointelectual. "Me ha encantado el momento en el que el protagonista sale del rio", me comentó. "Me ha parecido de un simbolismo precioso y creo que muchos nos hemos sentido identificados con el día en que salimos del armario". Joder, nunca lo habría imaginado y al mismo tiempo era perfecto, tenía todo el sentido del mundo. No abracé de emoción a ese entrañable enorme oso de peluche de puro milagro.
Si tuviera que haber puesto un título a aquella noche hubiera dudado entre estos tres: La magia del cine, satisfacciones de un proyecto fallido o me tatuaré gay-friendly en la espalda.
A parte de esto me quedo con el lujo de haber compuesto una canción para Bebe y con todo lo que aprendí durante el rodaje y la postproducción, que fue muchísimo. Cuelgo aquí a modo de rareza una de las primeras maquetas que grabé del tema. Titulado también "Atardecer Rojo"
Comprobar cómo funcionó la historia entre el colectivo gay fue muy interesante. De hecho, después de tantísimos visionados de la película y sintiéndome ya casi imposibilitado de volver a verla -sudores y dolores de barriga incluidos- me di cuenta de que la propuesta podía ser completamente diferente desde otro punto de vista: el de la acera de enfrente para ser más concretos. Por primera vez después de mucho tiempo pude ver mi corto, e incluso descubrir detalles e intenciones increíbles hasta para mí mismo. Esa es una de las mayores satisfacciones que me ha dado este trabajo.
Siempre me han interesado mucho las historias abiertas a diferentes interpretaciones y al final del corto tenía claro que quería dejar bastante libertad en este sentido.
Recuerdo en los canapés tras la proyección y la entrega de premios que se acercó a felicitarme un agradable-señor-bear-pseudointelectual. "Me ha encantado el momento en el que el protagonista sale del rio", me comentó. "Me ha parecido de un simbolismo precioso y creo que muchos nos hemos sentido identificados con el día en que salimos del armario". Joder, nunca lo habría imaginado y al mismo tiempo era perfecto, tenía todo el sentido del mundo. No abracé de emoción a ese entrañable enorme oso de peluche de puro milagro.
Si tuviera que haber puesto un título a aquella noche hubiera dudado entre estos tres: La magia del cine, satisfacciones de un proyecto fallido o me tatuaré gay-friendly en la espalda.
A parte de esto me quedo con el lujo de haber compuesto una canción para Bebe y con todo lo que aprendí durante el rodaje y la postproducción, que fue muchísimo. Cuelgo aquí a modo de rareza una de las primeras maquetas que grabé del tema. Titulado también "Atardecer Rojo"
Algunas personas me dicen que soy demasiado autocrítico y perfeccionista, que el corto quedó "bonito" e incluso "muy bonito", pero a veces pienso que soy un poco gafe diréctamente. He participado ya en unos cuantos proyectos malditos y con esas, unos meses después, se estrenó sin
pena ni gloria “Santos” de Nicolás López en el festival de
Sitges, "la película española con más efectos visuales de la
historia". Realicé la composición de algunos planos en Evasión
mientras terminábamos la postproducción de Atardecer Rojo. Esa fue mi manera de pagarles, ya
veis, trabajando gratis (y encantado) en mi primer largometraje como
Digital Artist. Y aún así, siento que sigo debiendo favores hasta
en el infierno.
Abandoné el barco pirata de Mediapro en 2010 aún a sabiendas de que nunca volvería a encontrar un trabajo como aquel, pero entré en una época de desmotivación y desidia que me empujaba a soñar con un cambio de etapa. Al fin y al cabo no me paraban de salir trabajillos de freelance, así que me tiré de cabeza al mundo de la improvisación y el nomadismo desde donde aún hoy escribo. Y nada, tampoco es plan de escribir aquí mis memorias de una tacada. Desde entonces he estado combinando mis currillos de motion graphics con cada vez más cositas de realizador y en esas estamos.
Me apetece enseñar por aquí los títulos
de crédito y la intro que realicé para otra comedia española que
tampoco levantó cabeza: “Don Mendo Rock: ¿La venganza?”
dirigida por José Luis García Sánchez, con música de Kiko Veneno
y protagonizada por Paz Vega y Fele Martínez. Nunca olvidaré el ácido comentario de mi amigo Antoñico después de que el señor director me felicitara por el trabajo realizado:
"Muy bien Pachoncito. Has pasado de ser un bicho raro en Extremadura y un mediocre en Barcelona a un talento en Madrid. Enhorabuena". Qué hijo de puta, todo esto dicho con cierto resquemor puesto que él es un operador de talento y lo podría haber hecho mucho mejor que yo, pero en evasión le tienen hace años de jefe técnico y ya tiene bastante con que todas las máquinas funcionen.
Podeis ver el resto de los trabajos más significativos que he ido haciendo en la nueva web y prometo ir informando y actualizando con los proyectos y novedades que me traigo entre manos, que son unos cuantos!!! Futuros fracasos todos ellos, por supuesto.
"El secreto está en la evolución. Solo un genio es capaz de realizar genialidades. A los demás no nos queda más remedio que aprender de nuestros errores"
Gervasio Sánchez
Podeis ver el resto de los trabajos más significativos que he ido haciendo en la nueva web y prometo ir informando y actualizando con los proyectos y novedades que me traigo entre manos, que son unos cuantos!!! Futuros fracasos todos ellos, por supuesto.
"El secreto está en la evolución. Solo un genio es capaz de realizar genialidades. A los demás no nos queda más remedio que aprender de nuestros errores"
Gervasio Sánchez
1 comentario:
He de decirte que he visto Atardecer Rojo cerca de 100 veces. La primera vez no me gustó, lo admito. Sin embargo ahora es uno de mis cortos favoritos de todos los tiempos. Es más, un vez, te vi en la Sala Aftasí, y estuve a punto de decírtelo, pero me dio corte y me guardé el comentario. He visto todos tus cortos y me fascinan.
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