Son unos cachondos muy serios y hay que decir que al cabo del poco tiempo ya me tenían apodado como "el artista atormentado" y se reían de mí y mis agobios. Y es que reconozco que me encontré frente a situaciones de trabajo en las que llegaba a salir del estudio con unos sudores realmente cojonudos después de 12 horas peleándome con proyectos imposibles. Palabras mayores lo de esta gente y todo un honor haber podido aportar mi granito de arena a su impresionante trabajo.
Javi Tigrelab tras noche de renders en el Palau Sant Jordi |
La Ceremonia de Inauguración del Mundial de Natación de Barcelona bajo la dirección artística de Hansel Cereza (La Fura del Baus). Un proyecto titánico de videomapping acompañado de una orquesta formada por 50 músicos además de la puesta en escena de 60 bailarines, nadadores y actores en el Palau Sant Jordi. Con Piscina incluida, por supuesto.
La presentación 360º de la nueva fragancia de Paco Rabanne (INVICTUS) en una cena VIP dentro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Las visuales para el Museo Nacional de la Historia de Azerbayan, en Baku. Utilizando técnicas de animacion 2.5 sobre miniaturas de arte persa.
"The Magic Melody": Un espectacular videomapping interactivo proyectado sobre la fachada de 40 metros del Singapore Art Museum durante el festival de arte electrónico Singapore Night Festival 2013.
"The Royal Box" : una pieza de animación sobre los famosillos que se pasean por Wimbledon para la revista Nowness.
etc, etc, etc...
Cuánto ha cambiado mi vida. Hubo un tiempo en que tenía una pareja estable, casa, coche y un contrato indefinido. De eso hace ya algunos años. Mi viejo Pach-movil resistía aparcado en una calle con nombre de Zarzuela al sur de Madrid. Lo observé enganchado a aquella grúa y le puse el siguiente título a la foto: "Lo último que me sobra para no tener nada". Nada de lo que aparentemente debemos tener a los treinta, no quiero parecer un frívolo. No me falta de nada. Todo lo contrario. Esto es lo que he elegido y estoy siendo consecuente. Free as a bird... y asumo los altibajos de todo tipo como el precio que debo pagar por la vida que llevo. Y si miro a mi alrededor no me dan envidia los demás. Lo único que pasa es que parece que me muevo al son que marca mi teléfono y esto a veces me perturba porque tengo la sensación de que mi destino está en manos de una serie de personajes y proyectos que se cruzan en mi camino mientras se van abriendo puertas y yo voy cerrando tantas otras sin querer darme ni cuenta. Quizá porque esas puertas que se cierran solo existen en mi cabeza.
Por cierto, entre tanto curro y comida de cabeza me dio tiempo a terminar el proyecto de doctorado y ya puedo decir oficialmente que tengo en mi poder la suficiencia investigadora de tercer ciclo o como se llame ahora con tanta reforma. Poco a poco.
Sé dónde desayunas.
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